Hay varias etiquetas en el mercado que pueden ser engañosas para los consumidores. Algunas de las etiquetas más engañosas incluyen:
- «Natural»: La etiqueta «natural» puede ser engañosa, ya que no hay una definición legalmente aceptada de lo que significa «natural» en la industria alimentaria. Por lo tanto, los fabricantes pueden usar esta etiqueta de manera engañosa para hacer que los consumidores crean que un producto es más saludable o menos procesado de lo que realmente es.
- «Sin grasas trans»: Aunque una etiqueta puede decir «sin grasas trans», eso no significa necesariamente que el producto no contenga grasas trans. La FDA permite que los fabricantes etiqueten un producto como «sin grasas trans» si contiene menos de 0,5 gramos de grasas trans por porción. Sin embargo, si alguien consume varias porciones de un producto que contiene grasas trans, puede que estén consumiendo una cantidad significativa de grasas trans.
- «Bajo en grasas»: La etiqueta «bajo en grasas» puede ser engañosa ya que los productos que son bajos en grasas a menudo contienen más azúcar y/o carbohidratos refinados para compensar el sabor perdido por la falta de grasas. En este caso, el producto no es necesariamente más saludable que su contraparte con grasas.
- «Sin gluten»: La etiqueta «sin gluten» puede ser engañosa, ya que algunos productos etiquetados como «sin gluten» pueden contener trazas de gluten debido al proceso de fabricación. Además, algunos productos etiquetados como «sin gluten» pueden no ser más saludables que los productos que contienen gluten, ya que pueden contener más azúcar y/o grasas.
- «100% natural»: La etiqueta «100% natural» puede ser engañosa, ya que no hay una definición legalmente aceptada de lo que significa «100% natural» en la industria alimentaria. Además, algunos fabricantes pueden usar esta etiqueta de manera engañosa para hacer que los consumidores crean que un producto es más saludable de lo que realmente es.
Para evitar ser engañados por las etiquetas en el mercado, es importante leer las etiquetas de los productos con atención y comprender lo que significan las diferentes etiquetas. También es importante leer la lista de ingredientes y buscar ingredientes que puedan ser menos saludables, como el azúcar refinado y las grasas trans. Si tienes dudas sobre una etiqueta, es mejor hablar con un profesional de la salud o hacer una investigación adicional para asegurarte de que estás tomando una decisión informada.